Se oye igual, pero se escribe diferente y se ejerce de una forma mucho más cercana.
El GeFe, como Gestor de Felicidad, responde a la necesidad de transformación continua en el liderazgo de los últimos tiempos, que demanda dinamismo y una consciencia integral del colaborador como pilar fundamental de la cultura y del éxito empresarial.
Un gestor de felicidad o GeFe es ante todo un líder carismático, que ejerce su liderazgo de manera más cercana a su equipo. Este tipo de liderazgo muestra genuino interés por el otro, y ejercita su escucha activa, tiene confianza en sus colaboradores, se centra en potencializar las capacidades de su equipo, e identifica oportunidades de mejora para aumentar la productividad desde el bienestar emocional de las personas en su organización.
El término fue usado por María Graciani, periodista, conferencista motivacional y asesora de la felicidad empresarial. En su libro “Motivulario” define al GeFe como un “líder ganador que nace de una necesidad humana y empresarial de mantener la moral alta para crecer y crear valor en la organización”.
Aunque en algunos planteamientos el Gestor de Felicidad se reduce a los encargados de Recursos Humanos – que dentro de sus funciones incluyen implementar y supervisar programas que mejoren el ambiente laboral, aumenten la satisfacción de los empleados, y promuevan la productividad-, la verdad es que algunos expertos en el coaching de vida y negocios, como la dominicana Fénix Pérez Moya, reconocen que esta función debe ejecutarse directamente desde los roles directivos y gerenciales que tengan un claro objetivo de crear un lugar de trabajo feliz y saludable.
“El trabajo de un gerente es lograr los resultados a través de terceros, pero esto solo es posible con un equipo motivado y eficiente. Por eso es importante observar de cerca a tu equipo, conocer sus habilidades y fortalezas, y brindarles el apoyo necesario para alcanzar su máximo potencial. Al liderar y guiar a tu equipo de manera efectiva, podrás asegurar el éxito a largo plazo de la organización”, afirma la coach en MasterMind .
Según expertos de talento humano, los efectos directos de tener empleados felices repercuten en ventajas competitivas de las organizaciones como:
- Una mejor imagen y reputación de la empresa
- Disminución de la rotación de personal y reduce los costos asociados a los procesos de selección y formación.
- Fomenta la motivación y el sentimiento de pertenencia.
- Incrementa el compañerismo y el buen trabajo en equipo
- Aumento de la productividad laboral
- Reduce el absentismo laboral
- Incremento de los índices de eficacia y eficiencia
Las tareas de un gestor de felicidad
Es así como la concepción de GeFe supone un cambio drástico, sobre todo para los modelos de dirección y gestión de las empresas de orden tradicional y jerárquico, pero que repercutirá en aumentar ese factor indispensable para la reputación de una empresa que es la confianza, reflejada desde el interior hacia las audiencias externas.
La organización que quiera asumir esta transformación para convertir en prioridad el bienestar de sus colaboradores dentro de su planificación estratégica a corto, mediano y largo plazo será testigo de los efectos positivos en la productividad, si desde sus GeFes pone en práctica estas tareas:
- Trato humano por encima de los resultados: el “GeFe” prioriza a las personas antes que dar valor a las cifras.
- Garantizan equilibrio entre la vida personal y laboral: Tiene presente el salario emocional como parte del incentivo al colaborador, a través de herramientas para que la jornada laboral sea más llevadera y conciliadora con la vida personal, implementando políticas de trabajo flexible.
- Dan crédito a la colaboración en el trabajo en equipo: Son conscientes de que para las personas es muy importante sentirse reconocidas y valoradas profesionalmente. Reconocen el trabajo de sus compañeros y ofrecen el respaldo de la empresa. Pueden apoyar e incentivar la implementación de un sistema de reconocimiento de empleados, donde los trabajadores pueden recibir elogios y recompensas por su buen desempeño.
- Asumen su responsabilidad ante el error de un colaborador o de un equipo y lo comprenden como experiencia, ya que los GeFes entienden que un error o fracaso es sinónimo de una nueva experiencia para la mejora personal del empleado y de la propia compañía.
- Generan buen ambiente, ánimo y ganas de trabajar en sus trabajadores: posibilitan que en sus equipos haya un clima de positivismo y optimismo a través del apoyo y la gestión de crear una cultura de agradecimiento y reconocimiento.
- Apoyan la evaluación a la cultura empresarial y las necesidades de los empleados: Esto puede implicar la realización de encuestas, entrevistas y grupos de discusión para comprender los factores que afectan el bienestar de los empleados.
- Gestionan herramientas para generar compromiso de todas las partes implicadas dentro de la organización para generar sentido de pertenencia en accionistas, trabajadores y clientes.
- Apoyan la formación para potenciar las capacidades de los colaboradores: Ejercen seguimiento de las labores de los trabajadores para conocer sus habilidades y ayudarles a potenciarlas en beneficio de la empresa. “El líder tratará de aprovechar todo el potencial del talento, organizando la distribución de las tareas en virtud de las cualidades de éstos”.
- Son flexibles en la toma de decisiones: fomentan la creatividad y la innovación del empleado permitiendo que se sienta participe aportando ideas.
- Fomentan la conexión social entre los empleados: Investigaciones han demostrado que tener amigos en el trabajo puede mejorar significativamente la satisfacción laboral y reducir el estrés. Los gestores de felicidad pueden organizar eventos sociales, grupos de interés y actividades de team building para fomentar la camaradería y el compañerismo entre los empleados.
Pero vamos con datos duros sobre el intangible feliz
Según el estudio de Felicidad y Trabajo de la firma consultora mexicana, Crecimiento Sustentable, “los trabajadores felices son un 88% más productivos” y para Shawn Achor, el autor más vendido del NY Times con su libro The Happiness Advantage and Big Potential: “la felicidad es la que inspira la productividad y no al revés”.
Pero tal vez uno de los más recientes estudios es el primer informe de la Felicidad en el trabajo elaborado por Happyforce y la World Happiness Foundation, publicado en marzo de 2023, recoge datos de más de 2.800 personas, 4 continentes y más de 50 países.
El estudio arrojó que solo el 24% de las personas se muestra “muy feliz” en su trabajo, y según lo dicen sus cifras, los freelance o autónomos son un 25% más felices que el resto de los profesionales, lo que puede ser un factor de análisis frente a las políticas corporativas de las organizaciones de cara a su talento humano.
El modelo de trabajo es un aspecto fundamental para las personas
Según este estudio, los profesionales que tienen un modelo de trabajo híbrido son más felices y más comprometidos con su organización; las personas valoran la libertad, y por eso los profesionales que tienen un entorno híbrido valoran más positivamente a su empresa u organización.
De acuerdo con el informe de este estudio, los factores que más impactan en la felicidad de las personas, independientemente a la generación a la que pertenecen, son el desarrollo profesional, sentirse escuchado y reconocido.
Adicionalmente, expuso que las personas que disfrutan de trabajo remoto o híbrido son 30 puntos más comprometidos que las que trabajan en modo presencial.
Y pudiéramos seguir con la evidencia.
Lo relevante a destacar son las oportunidades que pueden identificar las organizaciones de hoy con modelos híbridos, multiculturales y multigeneracionales para que estos factores sean aprovechados hacia el beneficio de la productividad y el bienestar corporativo, liderado por GeFes, y no jefes, que valoren el factor humano de sus colaboradores.
Hacerse preguntas como ¿qué hace a mi empresa más competitiva, productiva o resiliente? o ¿qué hace que un grupo de personas logre orientarse hacia el logro de objetivos comunes?, seguramente hará que se encuentren respuestas hacia el interior y no al exterior de la organización y estarán orientadas a la construcción de una cultura corporativa basada en la confianza y la felicidad de todos los que componen una organización.
