Al mejor estilo de los populares estafadores Simón Liveiv y Ana Anna Sorokin, el joven congresista de 34 años, George Santos logró colarse entre el liderazgo republicano y ganó un puesto en el distrito 3 de Nueva York -Long Island- en las elecciones de 2022, por medio del engaño y la presentación de un currículo imaginario, visiblemente alterado con datos falsos sobre su trayectoria profesional y personal.
La pregunta que hoy todos nos hacemos es ¿cómo logró construir una reputación basado en las mentiras? para relacionarse y ser bien visto entre el liderazgo de los republicanos, al punto de lograr un cargo público en, nada menos que, la ciudad de Nueva York.
Santos se burló el sistema de validación de credenciales estadounidense y logró un puesto de elección popular para llegar a Washington. Lo más increíble no es que fuera descubierto, sino que hoy, con la realidad golpeándole la cara, todavía se niega a renunciar.
Los hechos
A mediados de diciembre, una investigación de The New York Times descubrió que la vida y trayectoria que Santos era, en gran parte, ficticia. Entre las mentiras más graves dijo que su madre había muerto en las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, aseguró tener raíces judías, afirmó haber trabajado para dos grandes bancos de Wall Street, presumió de títulos universitarios que no tiene y logros atléticos que nunca logró. Y sostuvo haber amasado una fortuna que al parecer tampoco existe.
Pero hay más:
- En Brasil le esperan reabrir un caso de fraude de años en su contra.
- Se hizo pasar por empleados del presidente de la Cámara, Kevin McCarthy, para recaudar fondos de donantes adinerados.
- Están investigando las finanzas de su campaña en medio de denuncias de fraude y donaciones indebidas.
- Mintió sobre ser dueño de varias propiedades de alquiler.
- Mintió sobre un supuesto asaltó donde le robaron el dinero del alquiler en Queens.
Al verse públicamente descubierto, Santos reconoció haber cambiado su currículo en una entrevista con Fox News, pero lo insólito es que insiste en que nada le impide ejercer su cargo de miembro de la Cámara de Representantes de Estados Unidos. ¿Será suficiente la mentira a los electores para hacerlo dimitir? El tiempo nos dará la respuesta.
El aprendizaje
Más allá del desenlace legal de su rol, el tema que nos trae a revisión en este artículo es poner en relieve la importancia de construir una reputación y una marca personal basada en la verdad y la transparencia, sostener lo que se dice con lo que hace, demostrar día a día con hechos nuestros argumentos, basados en la ética y en la trayectoria de nuestros logros y el aprendizaje que nos brindan nuestros desaciertos.
Llegar a cargos relevantes basados en logros ficticios, el éxito de otros o aprovecharse de los malos momentos de quienes te rodean para escalar de rango, no se traduce en la construcción de una buena reputación, porque al final del camino habrá alguien dispuesto a dar testimonio sobre una mala experiencia vivida.
Hay mejores formas de crecer con una buena reputación:
- Si hablamos de transparencia en la gestión, documentemos los logros del equipo. No solo los tuyos. Y tracemos la ruta de comunicación abierta transversalmente que le de vigencia a esa transparencia.
- Si hablamos de inclusión y trabajo colaborativo, establezcamos relaciones de valor más allá de los intereses personales, no por encima de los colectivos.
- Si hablamos de liderazgo responsable construye tu marca personal con un aporte al colectivo, alineado con la organización, la comunidad o el equipo que representas y dando la visibilidad que merece tu equipo de trabajo, como corresponsables del éxito.
- Definitivamente el ego no es el mejor consejero. Para construir una sólida reputación, debes construirla a partir de la opinión, idea o concepto que la gente tiene sobre ti o tu empresa, de nada vale crear un perfil ficticio si no es vivenciado y comprobado por quienes te rodean. Son ellos, tus audiencias o stakeholders quienes se crean una opinión positiva a partir de tus cualidades y logros, por tanto, se trata de dar y recibir valor real a toda la cadena de relacionados (no solo a tus jefes o las juntas de administración), más allá de escribir experiencias sorprendentes en tu perfil de Linkedin y narrar tu vida en la primera reunión de presentación, asegúrate de ayudar a crecer y ser de utilidad ante quienes te rodean, porque ese es liderazgo que no se olvida.
Colaborar con la reputación corporativa
Más allá del liderazgo personal y profesional que queramos construir, cuando extrapolamos este tipo de experiencias al mundo corporativo, recordamos el reciente informe “La reputación en los consejos de administración”, elaborado por KPMG en colaboración con Corporate Excellence, el cual afirma que el éxito de las organizaciones depende en gran medida de la confianza que son capaces de generar y, con ella, de la legitimidad, preferencia y tolerancia que obtienen de sus grupos de interés.
El informe explica que los líderes y los órganos de gobierno deben contar con información sobre la relación existente entre la compañía y sus principales stakeholders, las expectativas detectadas, las percepciones actuales, los riesgos reputacionales o los canales de relación disponibles.
Y cierro con esta frase del informe que llama a la reflexión de todos los líderes, que aplica para quienes tengan cargos públicos o se desempeñen en el entorno corporativo privado. Es necesario “trabajar en construir, evaluar y custodiar la reputación de manera consistente, con herramientas y modelos robustos que pasen de buscar el ego corporativo a impulsar el éxito corporativo, es una responsabilidad de los ejecutivos que los miembros del consejo han de poder exigir para cumplir mejor su función”.
En un próximo artículo ahondaremos en los aprendizajes de este informe que nos deja grandes lecciones para seguir construyendo reputación.
